Soy mis sueños

¿Ves mi sonrisa? Atrévete a intentar quitármela ;)

martes, 13 de septiembre de 2011

La Dama de la Noche

  Entrecerró los ojos, escudriñando la oscuridad. Una luz parpadeó tímidamente en el cielo, y la joven tensó las alas, preparándose para echar a volar. 
  La Luna palideció ligeramente, tanto que ningún ojo humano podría haberse percatado de ello. Pero la Dama de la Noche lo apreció al instante y salió al encuentro de las estrellas a una velocidad de vértigo. Al ascender sobre las copas de los árboles una rama rasgó dolorosamente su ala derecha, pero ella no se preocupó a pesar de no poder ocultar una fugaz expresión que acusó el golpe.
  Totalmente certera, sus manos atraparon en cuestión de segundos la Estrella Fugaz que rasgaba el cielo en aquel momento.Aleteó en el aire con algo de dificultad, pero, para alivio de la joven, se sostuvo sin mayor problema. 
  Podía sentir la Estrella Fugaz, no más grande que una luciérnaga, vibrar entre sus manos, buscando algún resquicio por el cual poder salir. Sonrió con ternura antes de descender lentamente. Sus alas se abrieron y cerraron una última vez cuando sintió la hierba acariciar sus pies descalzos. Separó las manos pausadamente, hasta que la Estrella Fugaz reposaba brillante sobre sus palmas bajo la luz de la Luna. Poco a poco, se deshizo entre sus manos, y la Dama de la Noche terminó sosteniendo un polvo dorado. Levantó los brazos, impulsándolo con las manos hacia el cielo, haciendo llover purpurina que se adhería a sus alas. 
  Y la Dama de la Noche alzó la mirada hacia la Luna con determinación, y voló a cumplir el deseo del que la Estrella Fugaz era guardiana.

domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Cómo lo sé...?

  Pensar que te pierdo, y notar como cada fibra de mi ser se rebela. Comprendo que no podría soportarlo, que te has convertido en mi vida y que ya es físicamente imposible sacarte de ella.
  Debo rendirme ante lo evidente y reconocérmelo a mí misma; te quiero. ¿Cómo lo sé? Porque mi nombre suena mejor si es en tu voz. Porque eres lo primero que recuerdo al despertar y lo último antes de dormir. Porque has vencido todas las barreras que impuse y has robado mi corazón. Porque tu opinión es la única capaz de cambiar mi forma de pensar. Porque un elogio tuyo me hace inmensamente feliz. Y, sobre todo, porque no existe nadie perfecto, así que solo es posible que lo seas ante mis ojos. Lógico, ¿no crees? Pues mi corazón no, y por mucho sentido común que le eche encima no cambiará de opinión. Y, además, no existen gafas que le ayuden a enfocarte mejor.
  Está completamente ciego, y se deja guiar por tu voz.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Tss

  Busco tu mirada sin cesar, y cuando nuestros ojos se encuentran un cosquilleo recorre mi espalda, noto cómo un color sonrosado salpica mis mejillas y un deseo de no escapar del océano incontenible que son tus pupilas se apodera de mí.
  Mil ilusiones me dicen estúpidamente que me quieres, y siento una explosión a la altura del pecho. El cúmulo de sentimientos confusos guardados en mi corazón se expanden a lo largo de mi piel, electrizándola. Tengo la piel de gallina, los pelos de punta, el pulso acelerado; y no puedo controlarlo.
  Te siento cerca y todo mi mundo se gira hacia ti, hacia tu posición, y de repente nada más importa. Surge el deseo de sonreírte, de decirte cualquier cosa, lo que sea, no importa, y perderme en tu voz cuando respondas. Me reprendo por esta debilidad, aunque sé que inútilmente.
  ¿Cómo controlar esos extraños sentimientos cuando son ellos los que me controlan a mí?